jueves, 17 de octubre de 2013

FRASES DE EL LIBRO: LAS VENTAJAS DE SER UN MARGINADO




Querido amigo:
Te escribo porque ella dijo que escuchas y comprendes y que no intentaste acostarte con aquella persona en esa fiesta aunque hubieras podido hacerlo. Por favor, no intentes descubrir quién es ella porque entonces podrías descubrir quién soy yo, y la verdad es que no quiero que lo hagas.


Bueno, esta es mi vida. Y quiero que sepas que estoy al mismo tiempo contento y triste y que todavía intento descubrir cómo eso es posible.

—Hay gente que lo tiene mucho peor.

He terminado Matar un ruiseñor. Se ha convertido en mi libro favorito del mundo, pero por otro lado, siempre pienso eso hasta que leo el siguiente libro.

Tal vez sea triste que ahora se hayan convertido en recuerdos.

Por cierto, Sam tiene el pelo castaño y unos ojos verdes muy, muy bonitos. El tipo de verde que no es consciente de lo bonito que es.

—¿Y tu libro favorito?
—A este lado del paraíso, de F. Scott Fitzgerald.
—¿Por qué?
—Porque ha sido el último que he leído.

Sería genial volver a tener un amigo. Lo preferiría incluso a salir con alguien.

—Charlie, aceptamos el amor que creemos merecer.

Entonces mi madre se fue a la cocina para preparar el plato favorito de mi hermana, y mi hermana me miró.
—Te odio.
Lo dijo de forma distinta a como se lo había dicho a mi padre. A mí me lo decía en serio. Muy en serio.
—Te quiero —fue lo único que pude decir en respuesta.

Es raro, porque a veces leo un libro y pienso que soy un personaje del libro.

El libro en sí es muchísimo mejor.

Y por fin encontró una canción verdaderamente increíble que trataba de un chico, y todos nos quedamos callados.
Sam seguía el ritmo con la mano en el volante. Patrick había sacado la mano fuera del coche y hacía ondas en el aire. Y yo simplemente estaba ahí sentado entre los dos. Cuando la canción terminó, dije algo:
—Me siento infinito.
Y Sam y Patrick me miraron como si hubiera dicho lo mejor que habían escuchado nunca. Porque la canción había sido buenísima y porque todos le habíamos prestado verdadera atención. Cinco minutos únicos en la vida que habíamos empleado de verdad, y nos sentíamos jóvenes en el mejor de los sentidos. Después compré el disco, y te diría cuál es, pero lo cierto es que no lo entenderías a no ser que estuvieras yendo en coche a tu primera fiesta de verdad, y fueras en el asiento del medio de una camioneta con dos buenas personas en el momento en el que empieza a llover.

Patrick entonces dijo algo que no creo que olvide nunca.
—Es marginal.

En cualquier caso, Patrick empezó a conducir verdaderamente rápido y, justo antes de que llegáramos al túnel, Sam se levantó, y el viento convirtió su vestido en un océano de olas. Cuando entramos en el túnel, todo el sonido desapareció en el vacío y lo sustituyó una canción en el radiocasete. Una canción preciosa llamada Landslide. Cuando salimos del túnel, Sam soltó un grito de pura diversión y allí estaba: el centro de la ciudad. Luces sobre los edificios y todo lo que hace que te asombres. Sam se sentó y empezó a reír. Patrick empezó a reír. Yo empecé a reír.
Y, en ese momento, juro que éramos infinitos.

Así que supongo que el zen es un día como este, en el que formas parte del aire y recuerdas cosas.

Cuando se les acabó la conversación sobre menudencias, se quedaron mirándose el uno al otro. Y acabaron liándose allí mismo en el sótano. Patrick dijo que fue como si el peso del mundo entero se les hubiera quitado a ambos de los hombros.

Si te soy sincero, quiero a Sam. Aunque no es como un amor de película. Solo la miro a veces y me parece que es el ser más bonito y más amable del mundo entero.

Hay una de Sam que es sencillamente bella. Sería imposible describir lo bonita que es, pero lo intentaré.
Si escuchas la canción Asleep, y piensas en esos días en los que hace un tiempo precioso que te hace recordar cosas, y en los ojos más preciosos que has visto jamás, y lloras, y esa persona te devuelve el abrazo, entonces creo que te haces una idea de cómo es la fotografía.

Estoy realmente enamorado de Sam, y duele un montón.

Me encantan los bollos de nata, y si digo esto es porque nos han pedido que pensemos en razones para vivir.

Personalmente, me gusta pensar que mi hermano está teniendo una experiencia universitaria como las de las películas. No me refiero al tipo de películas sobre las grandes fiestas de las hermandades estudiantiles. Más bien a una película en la que el chico conoce a una chica inteligente que suele llevar suéter y bebe chocolate. Hablan de libros y de temas intelectuales y se besan bajo la lluvia. Creo que algo así le vendría muy bien, sobre todo si la chica tuviera una belleza nada convencional. Esas son las mejores, me parece a mí. Personalmente encuentro raras a las «supermodelos». No sé por qué.

Lo mejor de esta historia es que, por mucho que mi padre la cuente, nunca cambia.

¿Has oído hablar alguna vez del «Amigo Invisible»? Es un juego en el que un grupo de amigos saca nombres de un sombrero y tiene que comprar un montón de regalos de Navidad para la persona que le ha tocado. Se colocan «secretamente» los regalos en la taquilla de la persona cuando esta no está. Después, al final, hay una fiesta, y todo el mundo revela quién es mientras da sus últimos regalos.

Durante el último mes o así, he leído El Gran Gatsby y Una paz solo nuestra. Estoy empezando a reconocer un patrón en el tipo de libros que Bill me da para leer. E igual que la cinta de canciones, es increíble sostener cada uno de ellos en la palma de la mano. Todos son mis favoritos. Todos.

Las luces de fuera estaban encendidas, y nevaba, y parecía mágico. Como si estuviéramos en otro lugar. Como si estuviéramos en un lugar mejor.

Era un poema que Michael había copiado para mí. Y lo he leído mil veces desde entonces porque no sé quién lo ha escrito. No sé si alguna vez formó parte de un libro o si lo dieron en alguna clase. Y no sé qué edad tenía esa persona. Pero sé que quiero conocerlo o conocerla. Quiero saber que esa persona está bien.

Le regalé un libro de Anne Rice porque siempre está hablando de ella. Y me miró como si no pudiese creer que yo supiera que le encantaba Anne Rice. Supongo que no era consciente de cuánto habla o de cuánto escucho yo.

Había estado pensando en su regalo durante mucho tiempo. Creo que pensé en su regalo la primera vez que la miré de verdad. No cuando la conocí o la miré, sino la primera vez que la miré verdaderamente, no sé si me entiendes. Lo acompañaba una tarjeta.
Dentro de la tarjeta le decía a Sam que el regalo que le hacía me lo había dado mi tía Helen. Era un viejo disco de 45 rpm que tenía la canción Something de los Beatles. Solía escucharla todo el rato cuando era pequeño y pensaba en las cosas de los mayores. Me iba a la ventana de mi dormitorio y contemplaba fijamente mi reflejo en el cristal y los árboles detrás de él y escuchaba la canción durante horas. Decidí entonces que cuando conociera a una persona que me pareciera tan bonita como la canción se la regalaría. Y no me refería a bonita en el exterior. Me refería a bonita en todos los sentidos. Por eso se la daba a Sam.

Después de aquello no podía creer que Sam realmente tuviera un regalo para mí, porque de verdad que aquel «te quiero» me lo pareció.

Levantó la funda y ahí estaba yo, de pie con mi traje de segunda mano, mirando una máquina de escribir antigua con una cinta de tinta nueva. Dentro de la máquina había una hoja blanca de papel.
En esa hoja blanca de papel, Sam tecleó: «Escribe sobre mí alguna vez». Y yo respondí, de pie allí mismo, en su habitación. Escribí simplemente: «Lo haré».

Y empezó a llorar. Y dijo algo que no olvidaré. Nunca.
—Sé que sabes que me gusta Craig. Y sé que te dije que no pensaras en mí de esa manera. Y sé que no podemos estar juntos. Pero quiero olvidar todo eso durante un minuto. ¿Vale?
—Vale.
—Quiero asegurarme de que la primera persona que besas te quiere. ¿Vale?
—Vale.
Entonces se echó a llorar con más fuerza. Y yo también, porque cuando oigo cosas así no puedo evitarlo.
—Solo quiero estar segura de eso. ¿Vale?
—Vale.
Y me besó. Fue el tipo de beso del que nunca podría hablar en voz alta a mis amigos. Fue el tipo de beso que me hizo saber que nunca había sido tan feliz en toda mi vida.

Mientras subía las escaleras hacia la antigua habitación de mi padre y miraba las viejas fotografías, empecé a pensar que hubo un tiempo en el que no eran recuerdos. Que alguien hizo realmente la fotografía, y la gente que aparecía en ella acababa de comer o algo así.

Y Mark, el chico de la fiesta que me dio aquella cosa, salió de la nada y levantó la vista al cielo y me dijo que mirara las estrellas. Así que miré hacia arriba y estábamos bajo una cúpula gigante como una bola de cristal de esas con nieve artificial, y Mark dijo que aquellas increíbles estrellas blancas en realidad eran solo agujeros en el cristal negro de la cúpula, y que cuando ibas al cielo, el cristal se rompía, y lo único que había era un manto blanco de estrellas, que es más brillante que nada pero no te hace daño en los ojos. Era un espacio vasto y abierto y de un silencio frágil, y me sentí muy pequeño.

Es como cuando estás loco por una chica y ves a una pareja de la mano, y te alegras mucho por ellos. Y otras veces ves a la misma pareja y te saca de quicio. Y te gustaría alegrarte siempre por ellos, porque sabes que, si lo haces, significa que tú también eres feliz.

¡Me siento genial! Lo digo en serio. Tengo que acordarme de esto la próxima vez que tenga una semana horrible. ¿Alguna vez te ha pasado? Que te sientes fatal, y después se te pasa, y no sabes por qué. Intento recordarme a mí mismo cuando me siento así de bien que llegará algún día otra semana horrible, así que debería almacenar el mayor número posible de detalles buenos para, durante la próxima semana horrible, poder recordarlos y creer que me volveré a sentir bien de nuevo.

Dijo que era el chico más sensible que había conocido, lo que no entendí porque en realidad lo único que había hecho había sido no interrumpirla.

También dijo que las personas que intentan controlar todo el tiempo la situación tienen miedo de que, si no lo hacen, nada saldrá como ellos quieren.

No sé durante cuánto tiempo puedo seguir tirando sin un amigo. Antes podía hacerlo fácilmente, pero eso era antes de saber cómo era tener un amigo.

las cosas cambian. Y los amigos se van. Y la vida no se detiene por nadie.

No hay nada como respirar hondo después de reírte tanto. Nada en el mundo como el dolor de estómago por una buena causa. Tan genial había sido.

Es duro ver a un amigo pasándolo tan mal. Y más si no puedes hacer nada aparte de «estar ahí».Quiero hacer que deje de sufrir, pero no puedo. Así que no me queda otra que acompañarlo cuando quiere enseñarme su mundo.

Estaba pensando antes que al principio empecé a escribirte porque me daba miedo empezar el instituto. Hoy me siento bien, lo que es curioso.

Por cierto, terminé El manantial. Ha sido una experiencia realmente fantástica. Es extraño describir la lectura de un libro como una experiencia realmente fantástica, pero es que me ha hecho sentir así. Era un libro distinto a los demás porque no trataba sobre ser adolescente. Y no era como El extranjero o El almuerzo desnudo, aunque me ha parecido filosófico en cierta manera. Pero no era como si tuvieras que esforzarte en buscar la filosofía. Era bastante directa, me pareció, y lo mejor es que tomé lo que la autora escribió y lo apliqué a mi propia vida. Quizá eso es lo que significa ser un filtro. No estoy seguro.
Había una parte en la que el protagonista, que es un arquitecto, está sentado en un barco con su mejor amigo, que es un magnate de la prensa. Y el magnate dice que el arquitecto es un hombre muy frío. El arquitecto replica que si el barco se estuviera hundiendo, y solo hubiera sitio para una persona en el bote salvavidas, con mucho gusto entregaría su vida por el magnate de la prensa. Y luego dijo algo así: «Moriría por usted. Pero no viviré para usted». Algo así. Creo que la idea es que cada hombre o mujer tiene que vivir su propia vida y luego decidir si la comparte con los demás. Tal vez es eso lo que hace a la gente «implicarse».

Y nos quedamos mirando esa colina. Y entonces Patrick empezó a correr hacia la puesta de sol. Y Sam inmediatamente lo siguió. Y yo vi sus siluetas. Persiguiendo al sol. Entonces, me eché a correr. Y todo era tan bueno que mejor no podía ser.

espero que las fotos de todos sean fantásticas y que nunca se conviertan en fotografías antiguas

Me di cuenta de que durante el transcurso de la noche no me alegré. No se me pasó por la cabeza que significara que yo podría empezar a gustarle a Sam. Lo único que me importó fue que le hayan hecho sufrir. Y creo que me di cuenta en ese momento de que realmente la quería. Porque no salía ganando nada, y no me importaba.

Me sentía lleno de gratitud por haberla oído otra vez. Porque supongo que a todos se nos olvidan las cosas a veces. Y creo que todo el mundo es especial a su manera. Lo creo de verdad.

Fue entonces cuando por fin vi a Sam andando detrás de Patrick. Fue un alivio. No te podría decir si la vi feliz o triste, pero me bastó verla y saber que estaba allí.

Quiero tanto a mi madre... No me importa si es cursi decirlo.

El túnel que lleva al centro de la ciudad tiene algo especial. De noche, es magnífico. Simplemente magnífico. Empiezas a un lado de la montaña, y está oscuro, y la radio está a todo volumen. Al entrar en el túnel, el viento desaparece y las luces del techo te hacen entornar los ojos. Cuando te adaptas a las luces, puedes ver a lo lejos el otro lado mientras el sonido de la radio se atenúa hasta desparecer porque las ondas no llegan hasta allí. Entonces, estás en medio del túnel, y todo se transforma en un sueño tranquilo. Aunque ves cómo se acerca la salida, parece que tardas muchísimo en llegar. Y por fin, cuando ya pensabas que nunca llegarías, ves la salida justo delante de ti. Y la radio vuelve con más potencia de la que recordabas. Y el viento te está esperando. Y sales volando del túnel para llegar al puente. Y ahí está. La ciudad. Un millón de luces y edificios y todo parece tan emocionante como la primera vez que la viste. Es verdaderamente una gran entrada en escena.

La canción terminó, y luego vino una lenta. Me miró. Yo la miré. Entonces, me tomó de las manos y me atrajo hacia sí para bailar lento. Tampoco sé muy bien cómo bailar una lenta, pero sí sé balancearme.
Su susurro olía a zumo de arándanos y vodka.
—Te he estado buscando hoy en el aparcamiento.
Deseé que el mío todavía oliera a pasta de dientes.
—Yo también te he estado buscando a ti.
Después nos quedamos callados durante el resto de la canción. Me agarró un poco más fuerte. Yo la agarré un poco más fuerte a ella. Y seguimos bailando. Fue el único momento en todo el día en el que realmente quise que el reloj se parara. Y estar así durante mucho tiempo.

Así que solo la observé hacer la maleta, e intenté fijarme en el mayor número de detalles posible. Su pelo largo y sus muñecas finas y sus ojos verdes. Quería recordarlo todo. Especialmente el sonido de su voz.

—Bueno, pensé un montón de cosas. Pero sobre todo pensé que el que estuvieras triste era mucho más importante para mí que el que Craig hubiera dejado de ser tu novio. Y si eso significaba que nunca podría pensar en ti de esa manera, siempre que tú fueras feliz, estaría bien. Ahí fue cuando me di cuenta de que te quería de verdad.

Pero no quiero que te preocupes por mí, o que pienses que me has conocido, ni que sigas perdiendo el tiempo. Siento mucho haberte hecho perder el tiempo porque la verdad es quesignificas mucho para mí y espero que seas muy feliz en la vida porque de verdad creo que lo mereces. De verdad lo creo. Espero que tú también lo pienses. Bueno, pues ya está. Adiós.

Hay muchas fases que atravesar en este tipo de cosas, y ella lo ha hecho verdaderamente bien en todas.

Es bonito tener cosas que esperar.

Así que supongo que somos quienes somos por un montón de razones. Y quizá nunca conozcamos la mayoría de ellas. Pero aunque no tengamos el poder de elegir de dónde venimos, todavía podemos elegir adónde vamos desde ahí. Todavía podemos hacer cosas. Y podemos intentar sentirnos bien con ellas.


Mientras entrábamos en el túnel, no levanté los brazos como si volara. Solo dejé que el viento me corriera por la cara. Y empecé a llorar y a sonreír al mismo tiempo. Porque no podía evitar sentir tanto amor como sentía por mi tía Helen por comprarme dos regalos. Y tanto deseo porque el regalo que le había comprado a mi madre por mi cumpleaños fuera muy especial. Y porque mis hermanos y Sam y Patrick y todos fueran felices. 


Pero sobre todo, lloraba porque de repente fui consciente del hecho de que era yo el que estaba de pie en ese túnel con el viento corriendo por mi cara. Sin preocuparme de ver el centro de la ciudad. Sin ni siquiera pensar en ello. Porque estaba de pie en el túnel. Y estaba realmente allí. Y aquello era suficiente para hacerme sentir infinito. 

Mañana empiezo mi segundo año de instituto. Y lo creas o no, no tengo ningún miedo de ir. No sé si tendré tiempo para escribir más cartas, porque podría estar demasiado ocupado intentando «implicarme».
Así que, si esta acaba siendo mi última carta, por favor, piensa que las cosas me irán bien, y que aun cuando no sea así, pronto se arreglarán.
Y yo pensaré lo mismo de ti.
Con mucho cariño,
Charlie

9 comentarios:

  1. Ainsss, me encanta este libro y me encantan las frases que has puesto. gracias por compartirlas!
    un saludo! :)

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  2. Tengo que leer este libro, aún lo tengo pendiente. No leo las frases por si las moscas.
    Un beso

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  3. No he tenido la oportunidad de leer este libro, pero creo que lo haré.
    Saludos!

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  4. Tengo que leerme este libro, la película me encantó; pero todos sabemos que las adaptaciones nunca superan al libro, así que.. tarde o temprano me tocará ponerme con ello :)

    Un besiño :*

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  5. Tengo que hacerme tiempo para leer este libro, porque la pelicula me gusto mucho. Y como suele pasar, los libros suelen ser mejores que las peliculas jajajaja. Muy lindas las frases.
    Besos.

    Pau.

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  6. Me encanta tu blog!!! Te animo a que le eches un vistazo al mío y me digas si te gusta http://sombrasdevida-rrivera.blogspot.be/

    Un beso!

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  7. No he leido el libro, pero si q tengo a la vista la pelicula...a ver...La vistes? Es acorde al libro?

    Un beso y feliz fin de semana

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  8. ¡Hola!
    Ay, le tengo unas ganas terribles a este libro. Empecé a ver la película y la dejé a medias... Me encantan las frases que has elegido, sobre todo la de: Aceptamos el amor que creemos merecer.

    Gracias por compartir. Besos, Angela ♥

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  9. Deebe ser un hermoso libro, la película me encantó. Probablemente lo lea pronto :) Te nominé a un premio en mi blog, ¡Saludos!

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